En un contundente video, la concejal Magda Acosta denunció serias fallas en la ejecución de proyectos clave en El Tambo, como la cancelación del centro de convivencia en Chagraurco y la suspensión de pagos en la galería municipal. La comunidad respalda sus reclamos, exige transparencia, gestiones urgentes y cuestiona la falta de liderazgo del Concejo y la administración local.
La concejal de El Tambo, Magda Acosta, volvió a alzar su voz para denunciar lo que calificó como “una gestión deficiente” por parte de la administración municipal. En una intervención pública, la cabildante expuso graves retrasos en proyectos estratégicos para el desarrollo del municipio y cuestionó la inasistencia de funcionarios clave a las sesiones de control político del Concejo.
Uno de los hechos más preocupantes señalados por Acosta fue la cancelación anticipada del proyecto de construcción de un centro de convivencia en Chagraurco, cuyo valor superaba los 3.000 millones de pesos. Según la concejal, la entidad Findeter dio por terminado unilateralmente el convenio al comprobar que la administración municipal incumplió con la entrega oportuna de requisitos fundamentales. El trámite debía ejecutarse en julio de 2024, pero solo se realizó en diciembre del mismo año, cinco meses después, afectando directamente a una comunidad que había depositado grandes expectativas en la obra.
A este caso se suma el estancamiento del proyecto de mejoramiento de la galería municipal, que acumula más de nueve meses sin avances debido a una suspensión de pagos que no fue informada públicamente. La concejal hizo un llamado urgente para que la administración reactive las acciones necesarias y garantice la continuidad de esta obra que beneficiaría a cientos de vendedores y familias tambeñas.

Acosta también denunció la falta de compromiso de varios funcionarios convocados a control político. Secretarios de cultura, gobierno, tesorería y la personera municipal fueron citados al Concejo en mayo, pero no asistieron. “Es fundamental que comparezcan para resolver las inquietudes de una comunidad que quiere respuestas”, manifestó.
Entre las preguntas sin resolver están la falta de ejecución de contratos dirigidos a la población adulta mayor, la situación del Centro de Bienestar Juan Pablo II, y presuntas transferencias indebidas de recursos públicos, especialmente en pagos de cesantías. La concejal pidió explicaciones al alcalde Héctor Fajardo, y exigió que se tomen medidas claras para proteger los recursos del municipio.
La intervención de Acosta fue bien recibida por algunos ciudadanos, que reconocieron la importancia de visibilizar los problemas estructurales del municipio. Sin embargo, también surgieron voces críticas. Andrés Solarte, tambeño, escribió en respuesta:
“Hablar es un primer paso, pero actuar es lo que realmente transforma. La inacción del Concejo también es una forma de irresponsabilidad. No se puede representar al pueblo desde la comodidad de la inacción”.
Solarte cuestionó el papel del cuerpo colegiado en su conjunto, señalando la falta de liderazgo y compromiso con soluciones reales. En su comentario dejó claro que no se identifica con ningún político local, pero exige un cambio urgente ante el atraso y la falta de oportunidades que enfrenta El Tambo.
Otra reacción provino de líderes comunitarios voluntarios, quienes celebraron que la concejal informe sobre la gestión municipal, pero enfatizaron que los derechos fundamentales, como el acceso al agua potable, siguen sin garantizarse en muchos barrios y juntas administradoras del municipio. “Cuando llega una nueva administración, llegan también nuevas esperanzas, pero necesitamos resultados, no solo intenciones”, afirmaron.
En su mensaje final, la concejal Acosta respondió a acusaciones de desinformar a la comunidad. “Si dicen que miento, que lo demuestren con hechos reales. Mi único interés es que se realicen las gestiones necesarias para que toda la población tambeña mejore. El Tambo merece muchísimo más”, concluyó.
Las declaraciones de la concejal Acosta abren un nuevo capítulo en el debate sobre la gestión municipal en El Tambo. La ciudadanía exige transparencia, responsabilidad y acciones concretas frente a proyectos estancados, servicios básicos deficientes y una institucionalidad que parece distante de las necesidades reales del pueblo. Mientras tanto, crece el clamor por un liderazgo que no solo denuncie, sino que transforme.
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