domingo, julio 20, 2025
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Entre detonaciones y amenazas, el Ejército recupera el cuerpo de Jimmy Rosero en la zona de Puente Rojo

La cordillera de Nariño se cubrió de luto y un profundo rechazo este 5 de noviembre. Jimmy Alejandro Rosero Chávez, personero del municipio de Cumbitara, conocido defensor de los derechos humanos y aliado de las comunidades rurales, fue secuestrado y asesinado en un suceso que refleja con dolor la realidad de la región.

Todo comenzó al mediodía, cuando Rosero se encontraba reunido con líderes sociales en la vereda Las Piedras, en el corregimiento de El Sidón. Tres hombres armados, presumiblemente integrantes de grupos armados ilegales que dominan el territorio, irrumpieron en el lugar. En medio del temor general, lo sacaron a la fuerza y lo subieron en un vehículo sin dejar rastro inmediato de su paradero.

Horas después, el rumor comenzó a cobrar fuerza en Cumbitara. Al caer la noche, el nombre de Jimmy Rosero resonaba con fuerza en las calles y en los despachos públicos de Nariño. Fue en Puente Rojo, cerca del casco urbano, donde las autoridades encontraron el cuerpo sin vida del personero. La escena era desgarradora: Rosero presentaba tres impactos de bala, y junto a su cuerpo, un panfleto de advertencia que evidenciaba la crueldad de los grupos armados que siguen disputándose el control del territorio.

«Repudio absoluto»: las voces de indignación no tardaron en hacerse sentir. La Defensora del Pueblo, Iris Marín, expresó públicamente el «repudio absoluto» ante el homicidio, lamentando la creciente vulnerabilidad de los funcionarios que, como Rosero, defienden los derechos de los más desprotegidos. «Cada día nuestros personeros y personeras enfrentan amenazas constantes», dijo Marín. A su lado, la Federación Nacional de Personerías (Fenalper) pidió acciones inmediatas al Gobierno, alertando sobre la fragilidad de estos defensores en regiones controladas por estructuras criminales.

Una operación de alto riesgo: A medida que avanzaban las horas, la misión de recuperar el cuerpo del personero enfrentó serios obstáculos. El Ejército Nacional desplegó una operación especial en la zona de Puente Rojo el 6 de noviembre, pero las tropas se encontraron con cargas explosivas. Durante el operativo, un soldado y un perro de detección resultaron heridos al activar una mina antipersonal. Las explosiones resonaron en el área, intensificando el clima de tensión que ya reinaba en los alrededores de Cumbitara.

Este 7 de noviembre, tras varios intentos, el jefe de Estado Mayor de la Brigada 23, Coronel Carlos Didier Pérez, confirmó la recuperación del cuerpo de Rosero. Pérez anunció también que las operaciones de recuperación del territorio en la cordillera continuarán, dejando en claro que el Ejército no cesará en su labor hasta devolver algo de tranquilidad a los habitantes.

Un lamento nacional: La trágica muerte de Rosero Chávez pone en evidencia la compleja situación de orden público en Cumbitara y en toda la cordillera de Nariño. Los enfrentamientos entre las Fuerzas Militares y los Frentes Urías Rondón y Franco Benavides, que se recrudecieron este 6 de noviembre en el sector de El Ejido, en Policarpa, son apenas un reflejo de la disputa de poder en la región. Las detonaciones, los combates, y el eco de las balas son parte de la cotidianeidad en estos territorios, donde las vidas de quienes alzan la voz por la justicia y la paz están constantemente en riesgo.

La Federación Nacional de Personerías advirtió que la falta de acciones concretas por parte del Estado para proteger a los defensores de derechos humanos, solo alimenta la desconfianza en las instituciones y pone en peligro el ejercicio de la justicia en el país. «Este asesinato no solo apaga una voz valiente, sino que ahonda el temor entre las comunidades y los líderes que, a diario, luchan por la defensa de sus derechos».

Un llamado a la memoria y a la acción: Con el cuerpo de Jimmy Rosero recuperado, Nariño y el país claman por justicia. El legado de Rosero Chávez no puede desaparecer con su asesinato. La comunidad, sus compañeros, y defensores de derechos humanos insisten en que el Gobierno Nacional debe actuar y proveer la seguridad que las personas como Rosero necesitan para seguir su labor. La memoria de un hombre que luchó hasta el final por sus convicciones seguirá viva, como una esperanza de que, algún día, la cordillera deje de ser un campo de batalla y se convierta en un espacio de paz y dignidad para quienes la habitan.

Felipe Andrés Criollo
Felipe Andrés Criollohttps://elradardelsol.com
Comunicador Social - Periodista, Especialista en Pedagogía de la Virtualidad, Maestrante en Pedagogía Social. Docente universitario. Correo: crifean@gmail.com - Directora de El Radar del Sol, medio digital.
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